
Me imagino que muchos al día de hoy estarán planeando que harán en la próxima Semana Santa, o algunos aún buscan qué hacer. De todas formas, quisiera compartir unas pequeñas palabras antes de que terminen de hacer todos sus planes o decidan a donde ir, si me lo permiten.
Hace unos días leí una noticia que me impresionó y me hizo reflexionar sobre este tema. Un artículo mostraba una encuesta realizada en Uruguay en la que un 55% de los encuestados le llaman a la Semana Santa, Semana de Turismo. Sin duda alguna, incluso para muchos católicos, esta semana se ha convertido solo en unas vacaciones para viajar o descansar. Olvidándonos de lo esencial: la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
La Semana Santa -para los católicos- es el núcleo del tiempo litúrgico del año. En esta semana reafirmamos nuestra fe con la resurrección de Cristo. Celebramos y revivimos Su entrega a la muerte por amor a cada uno de nosotros; para librarnos del pecado original. Por esto, se me hace un poco contradictorio el ver cómo planeamos esta semana pensando en nosotros mismos, mientras hay alguien que da su vida desinteresadamente.
La Iglesia nos pide recogernos interiormente y reflexionar la muerte de Cristo, haciendo un alto en nuestras actividades ordinarias para poder contemplar detenidamente este acontecimiento tan importante. Con un corazón desprendido de y centrado en el Amado. Levantar la mirada y fijarla en Cristo crucificado, meditar profundamente lo que significa su pasión, muerte y resurrección para cada uno de nosotros y nuestra salvación.
Al final, creo que si alguien realmente medita la pasión de Cristo, de corazón, no puede quedarse indiferente, acostados en la arena, en sus cosas y comodidades; ya que no es posible que el Señor haya hecho tanto para salvarnos y no hagamos nada por Él.
Muchas de las personas que conozco suelen irse a la playa, de viaje o alguna finca a pasar la Semana Santa. Hablé con un amigo la semana pasada y me preguntaba si esto era malo. Yo le contesté que el acto en sí no está mal. Podemos ir a la playa y disfrutar, la Semana Santa no debe ser un tiempo de tristeza por lo que Cristo vivió. Sino entender y celebrar su muerte y resurrección; revivir este acto de amor tan grande que se haya visto jamás.
Pero en mi opinión la pregunta esta mal formulada. Debería de ser: ¿es la playa el medio y lugar indicado para poder reflexionar, meditar y revivir la pasión de Cristo? Así como cuando estudio bastante para un examen, necesito de un espacio indicado para ello, igual necesito de un espacio indicado para poder acompañar a Cristo más de cerca al calvario. ¡Cómo nos cuesta dejar tiempo para las actividades de la Iglesia, visitar al santísimo, hacer vía crucis, vigilias, oración y sacrificios! en fin, para estar más cerca de Él en este tiempo en el que llevamos 40 días preparándonos.
Entonces, ahora que estas haciendo tus planes para esta Semana Santa ¿Cuál es el medio que tienes pensado utilizar para reflexionar, meditar y revivir la pasión de Cristo? En mi caso he decidido ir a un apostolado del Regnum Christi llamado Familia y Juventud Misionera (www.demisiones.com), el cual consiste en promover la acción misionera de la Iglesia, siguiendo el mandato de Cristo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio” (Mc 16,15) y además responder a la invitación del Papa Francisco en su mensaje para la cuaresma: “la Iglesia no debe quedarse replegada en si misma, sino que es enviada a todos los hombres. La misión es lo que el amor no puede callar”.
Cristo da su vida por nosotros en semana santa ¿Qué puedo hacer yo por Él? Esta es la pregunta que me he hecho cada año antes de ir de misiones. Como respuesta, he podido caer en cuenta que en aquellos lugares donde las personas “tienen menos” vemos el rostro de Cristo. Amando y ayudando a los pobres, amamos y servimos a Cristo.
Un responsable en una ocasión hizo un ejercicio de reflexión en el que nos pedía poner las manos en forma de balanza. Decía que en una mano había que poner todas las cosas que Dios nos había dado (la vida, nuestra familia, la salud y cada quien las que pueda pensar) y en la otra, todas las cosas que nosotros le habíamos dado a Él.
Sin duda alguna, el no nos pide equilibrar esa balanza ni mucho menos sobrepasarla, pero si nos pide siempre dar y amar más, explotar nuestros talentos, tratar de ser cada vez mas santos; y esto lo podemos vivir cuando estamos cerca de Él.
Les invito a preparar su plan para esta Semana Santa en base a los medios que decidan tener para poder acompañar a Cristo en su camino al Calvario. A desprendernos un poco de nosotros mismos, reconocer que no es una semana de turismo, sino la semana del Amado. Dediquémosela a Quién dio su vida por nosotros, y no a nosotros que pedimos a Él por nuestras vidas.