Lo primero que me dijeron de misiones fue algo como “aunque hace calor, vale la pena”. Al principio no tenia ni idea de a qué iba, en mi casa me habían insitido varias veces que lo intentara y que fuera a las famosas megamisiones. Yo, pensaba que era un grupo de señoras y señores solamente, haciendo algun proyecto social de ayuda. No estaba tan lejos, pero es la forma en cómo se vive que a uno lo deja impresionado y con ganas de seguir yendo.

Mi primer día en las misiones fue algo que me impresionó: el primer año solo pude ir media semana por asuntos de estudio. Sin embargo a pesar que llegué unos días después del primer día fui recibido por los demás misioneros de una manera muy calurosa, como si tuviéramos tiempo de amistad. Y no eran señores o señoras, eran otros jóvenes igual que yo. Recuerdo que no conocía a muchos, pero conforme los días pasaban iba conociéndolos poco a poco. Las actividades que se hacían lograban que cada uno se diera a conocer por sus virtudes y por sus valores propios.
El pasar con la comunidad fue un punto muy importante para mi y para la experiencia como misionero, ya que es en ese momento cuando se está de frente al Cristo mismo, todo lo que haga se lo estoy haciendo a Él. El ir a visitar las casas me enseñó que cada una de esas casas es un terreno para dejar una semilla de esperanza y de aprendizaje. ¡Y ahí estoy yo, siendo partícipe de esa esperanza!
El aprendizaje que tenemos en las misiones es muy gratificante y es enorme, es ahí cuando me salgo de mí mismo y de mi zona de comfort para darme a los demás. Es cuando puedo experimentar ese amor al prójimo, ese amor al cual estoy llamado como cristiano. Tan simple como eso.
Aburrirse no va a ser un problema, pues uno pasa haciendo cosas y pasa ocupado. El sentirse útil fue algo que tambien me ayudó a poder darle frente a los momentos de pensar que qué loco estaba por pasar Semana Santa ahí y no en una playa o en la casa descansando.
Esta es una nueva experiencia que hay que vivirla y disfrutarla. En ningún momento me pasó por la cabeza el calor o la incomodidad que en un inici
o me dijeron. Si alguien lo esta invitando y le esta diciendo que vale la pena, créale y anótese. Es de las semanas que más he disfrutado haciendo algo que muy pocos se atreven a experimentar. Y yo me atreví.